Santos del Carmelo

SANTOS DEL CARMELO

“Todos los que portamos éste sagrado hábito del Carmelo, somos llamados a la oración y a la contemplación, fué éste nuestro origen, descendemos del linaje de nuestros santos padres del Monte Carmelo, que en gran soledad y con desprecio a el mundo, buscaban este tesoro, esta perla preciosa”. (Quintas Moradas 1,2).

“¡Recordemos a nuestros padres, aquellos antiguos eremítas, cuya vida pretendemos imitar... qué dolores padecieron, qué soledad, cuánto frio, hambre, sol y calor, sin tener a quién quejarse... sólo con Dios!”  (Camino de Perfección 11,4).

“El estílo de vida que pretendemos llevar, no es sólo ser Monjas, es ser eremítas como nuestros santos padres que nos precedieron”. (Camino de perfección 13,6).

“En el atardecer de la vida serémos juzgados por el amor” (S. Juan de la Cruz).

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Santa María Magdalena de Pazzi
Una vida escondida

 La biografía de Santa María Magdalena de pazzi, se caracteriza por tener pocos eventos; en una de las familias más destacadas de la nobleza florentina, Caterina nació el 2 de abril de 1566; segunda hija de María Buondelmonti y Camilo di Geri de’ Pazzi. En dos periodos (1574 – 1578 y 1580 – 1581), fué educada en San Giovannino (Calaveras de Malta); aún jóven optó por tornarse Monja Carmelita, entrando en el convento de Santa María de los Ángeles a la edad de 16 años, el día 27 de Noviembre de 1582, después de finalizar el Concílio de Trento (1545 – 1563).

Los primeros cinco años de vida monástica son los más marcados en Santa Magdalena; caracterizados por éxtasis, raptos, visiónes de los episódios evangélicos se entretejen con la vida ordinaria de la jóven carmelita, bajo éste marco se reúnen gran variedad de fenómenos, basados en la meditación orante de la Sagrada Escritura. En el grande Carmelo de Santa María de los Àngeles (el más antíguo de la orden),contába con más de setenta Monjas en el periodo en que vivio Santa María Magdalena, varias tenían un elevado perfil espiritual, desde la Madre, Evangelista desde el Giocondo hasta Pacífica en Tovaglia, amiga y una de las principales “secretarias” de la Santa.

Cerca de los veinte años, ella vivió ocupada silenciosamente entre la oración y el trabajo, própios de la vida monástica; fué responsable de acoger  a las jóvenes que se alojában en la hospedería (1586 – 1589), después estuvo ligada de varios modos en la formación de dichas jóvenes a partir  de 1589, hasta tornarse sub priora del Monasterio a partir de 1604; luego enfermó y padeció con grandes sufrimientos corporales y espirituales los últimos tres años de su vida, falleciendo el 25 de Mayo de 1607, a los 41 años.

El 25 de Mayo del 2007, se celebró el cuarto centenário de su muerte (1566 – 1607), monja carmelita florentina y maestra de la vida espiritual, era tan grande su fama y santidad entre el pueblo y el clero, que en el año 1611 (4 años despues de su muerte), se inició su procéso de beatificación, el 8 de Mayo de 1626 fué proclamada “beata” por Urbano VIII y el 28 de Abril de 1669, fué canonizada por Clemente IX.
Santa María Magdalena de Pazzi es un tesoro escondido para ser descubierto, por la Iglesia Florentina y por la Iglesia Universal.

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Santa Terésa de Jesús de los Andes

La vida de oración y de unión con Dios fué lo que más amó, por encontrarlo más perfecto, considerándolo como la vida celestial, yá que su única preocupación era unirse a Dios, contemplarlo siempre y cantar sus alabanzas.

La soledad del Carmelo invita a el recogimiento y a el alejamiento de las criaturas, ésto hace que el alma sólo trate con DIOS y se adquiere por lo tanto, una mayor unión con ÉL, que és la mayor perfección.

La pobreza de la Carmelita es muy grande, no puede poseer nada, lo que hace que toda la capacidad de poseer, sea ocupada sólo por DIOS; siendo pobre se asemeja aún más a su Divino Esposo, que no tiene donde reclinar la cabeza. La Carmelita sólo debe poseer a DIOS.

La Penitencia a que se somete, y la austeridad de su vida, es un medio para mantener el cuerpo sometido a el alma, para asemejarse más a el Divino Crucificado, que fue una Victima por nuestros pecados y los del mundo; de ésta manéra Santa Terésa de los Andes demostró su amor a DIOS, que la llenó de tantos favores.

Su Sacrificio es perpétuo, sin mitigación desde su nacimiento para la vida religiosa hasta su muerte como víctima, a ejemplo de Jesucristo, haciendo todo en silencio sin que nadie se entere; muchos juzgáron su vida como inútil y ella como el Cordero de Dios, llevaba los pecados, se sacrificaba por traer al redil las ovejas extraviadas, así al igual a Cristo, el mundo no la reconoció. Esta abnegación completa no dá lugar para el amor propio, no vé el fruto de su oración, sólo en el cielo lo conocerá.

El fin que se propóne es muy grande; rogar y sacrificarse por los pecadores y por los sacerdotes, santificarse a sí misma para que la Gracia Divina se comunique, por la unión que exíste entre los fieles y todos los miembros de la Iglesia; ella se inmola sobre la Cruz y su sangre cae sobre los pecadores, pidiendo misericórdia y arrepentimiento, cae sobre los sacerdotes santificándolos, yá que en la Cruz está con Jesucristo íntimamente unida.
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Beato Francisco Palau

Revolución de 1835, Barcelona, España; un jóven de 23 años salía ileso debajo de las ruinas de su convento que estaba siendo incendiado, él deseaba consumar allí su martírio, pero Dios le preparába otra forma de testimónio... “destruído mi convento, incendiado mi claustro, mi amada tomó alas de águila; voló, se elevó sobre el mundo y todo lo que hay en el siglo y fué a reposar en el desierto y en lugares solitarios. Yo la seguí...” (Mis relaciónes con la Iglesia I,4)
 
Él vivió en tiempos de grandes revueltas políticas y religiosas, fué un testimónio privilegiado de la articulación del mistério de la iniquidad (II Tes 2,7) en el siglo XIX.

Nació en Aytona el 29 de Diciembre de 1811 y entregó su espíritu en Tarragona el 20 de Marzo de 1872; fué beatificado por Juan Pablo II el 24 de Abril de 1988.

El Padre Palau recorrió un largo camíno en su experiéncia mística, subiendo el Horeb (I Reyes 19,8) de la contemplación, sustentado con la fuerza de la Santa Eucaristía; en la cima del Monte, él puede ver la dimensión de la batalla espiritual que estámos viviendo en estos tiempos de tribulación (Mt 24), los invitámos a meditar algunos pasájes de sus principáles escritos (Lucha del Alma con Dios y Mis Relaciones con la Iglesia), que nos ayudarán a descubrir la grandeza de su carisma.

-La Santísima Vírgen al Beáto Palau: “Sobre tres clausulas voy a fijar tu misión”:

La revelación de mis glorias al mundo.
2° La Restauración de la Orden del Grande Profeta Elías.
La misión de éste grande Profeta en la Tierra.

1    Por lo que toca a lo primero, yo estaré contigo y revelaré a los hombres mis glorias, mis riquezas, mi poder y fuerzas y les descubriré mi inmensa hermosura y belleza. Tú aplica todas la fuerzas y toda tu atención en ejecutar lo que yo te ordenaré. Yo dirigiré tu pluma y el pincel y el lápiz; y tras las sombras, las figuras, las especies y enigmas, yo me daré a conocer a los que tengo escogidos para que, venida la hora tremenda del combate, me amen y sean fieles.
2    Despliega las armas del Monte santo del Carmelo,
para que se acojan a su protección los que están escogidos para hijos del gran profeta Elías, y dirígelos en los desiertos, preparándolos allí para recibir el espíritu doble de este gran Profeta.
1    Empieza tu misión, predica el santo Evangelio bajo
las formas que te serán manifestadas.
– Bien. Por lo que toca a lo primero, será para mí no un
trabajo sino una satisfacción revelar y manifestar a los hombres tu inefable hermosura. ¡Oh, que todos te conocieran, Virgen bella!
2    En cuanto a lo segundo, me importaría conocer el
destino de esta sociedad de hombres que acogiéndose bajo las armas del Carmen, huyan del mundo y se salven en los desiertos. Hijos tuyos son, tú los cuidarás mejor que yo.
– Entiéndete sobre ellos con tu padre san Elías; y diles
que están bajo su cuidado y dirección, que le reconozcan por su General, que el superior general tenga el título de secretario del General; que pidan les dé Dios el espíritu fuerte del Profeta.
                     (Mis Relaciónes con la Iglesia. R 8,29. Pg. 819)


El amor no puede estar ocioso en el corazón humano:
obra a proporción que se le da pábulo; y según el objeto
a que se dirige, toma los nombres siguientes:

1º Amor virgen, nuevo y joven, o antiguo y probado.
2º Amor casto.
3º Amor natural, puro o impuro.


1º El amor virginal es aquel que nace en un corazón virgen
y tiende de todas sus fuerzas a su propio objeto: éste, mientras es nuevo, busca a Dios sólo; y creyendo que la
Divinidad, sin relación a los prójimos, basta, se detiene aquí,
se para aquí; y si de aquí no saliera derramándose a los prójimos, el egoísmo espiritual lo consumaría y perdería. Pues que la cosa amada como objeto principal es Dios, pero ama más a los prójimos que unidos a Dios-hombre, como los miembros y cabeza forman un cuerpo; y este cuerpo moral es la Iglesia Santa. La fe católica, pues, descubriéndole al amor su propio objeto, no habiendo impedimento en el corazón, marcha con toda la plenitud de sus fuerzas hacia él, y el amor une el amante con la cosa amada de la misma manera que el fuego en muchos leños. Este amor en un joven es nuevo, y el tiempo lo perfecciona; en un anciano que le ha nutrido en su corazón con cuidado, obra con toda plenitud.

2º El amor casto es el que se halla entre los casados; es casto también el de las personas consagradas al amor divino.
En los casados obra de ordinario muy lentamente, porque tiene el objeto muy dividido y es cosa fácil el distraerle dándole cebo que le mate.

3º El natural se dirige a todo lo amable y agradable; y si
esto es cosa prohibida o mala, es impuro, y si es cosa buena
en el orden natural, es lícito.

El amor puro, casto y virginal obra en la soledad con
toda la plenitud de sus fuerzas, porque allí puede ver con
toda la claridad posible su propio objeto, que es la Iglesia
santa, o Dios y los prójimos. En la soledad, retiro y silencio,
obra con toda su eficacia, porque allí nadie le distrae.

El objeto del amor fijado por la ley al corazón humano es inmenso, infinito y tan grande, que, a pesar de ser casi inmensa  nuestra capacidad, llena todo el corazón si está vacío; y para estas operaciones la conversación humana hace estorbo. (Mis Relaciones con la Iglesia  R14,16 –Pg. 917).

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Santa Teresita del Niño Jesús
Ser tu esposa, oh Jesús; ser Carmelita; ser por la unión a Tí, la madre de las almas, debería ser suficiente... pero no es... sin duda esos tres privilegios forman mi vocación: Carmelita, esposa y madre. Todavía siento en mí otras vocaciones, la de Guerrero, la de Sacerdote, la de Apóstol, la de Doctor, la de Martir, en fin, siento la necesidad, el deseo de realizar para Tí Jesús, las más heróicas obras... siento en mi alma la valentía de un cruzado; quisiera morir en un campo de batalla en defensa de la Santa Iglesia... entonces, en mi alegría deliberánte, exclamé; oh Jesús, mi Amor... en fin, encontré mi vocación, es el Amor!... si, encontré mi lugar en la Santa Iglesia y ese lugar, mi Dios, fuíste Tú quién me lo dió... en el corazón de la Iglesia mi Madre, seré el Amor... si, seré todo, de ésta forma mi sueño será realizado...!!!

Junto de Tu Corazón Divino, olvido todo lo que pasa, no me apavoro con los temores de la noche. Ah, dáme Jesús en ese Corazón, un lugar sólo por hoy! (PN. 5,7).

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Beata Elizabeth de la Trinidad

Poco a poco el alma se habitúa a vivir en su adoráble compañía, comprende que trae consigo un pequeño Cielo, donde el DIOS de Amor fijó su morada. Respira entonces, una atmósfera divina, diré que sólo el cuerpo está en la tierra y el alma habíta más allá del velo que cubre a aquél que ES Inmutáble!!.