El Carmelo Primitivo


EL CARMELO PRIMITIVO





Monasterio: Se localiza entre las montañas, al igual que nuestros Desiertos y Eremiterios; pero un poco más cerca de los fieles para el aconsejamiento y ayuda que puedan necesitar, tambien se ofrece un espacio para los laicos o vocacionados que desean hacer un retiro espiritual, sin ningun costo. Nuestro Monasterio obtiene su subsistencia con donaciones de nuestros visitantes; tiene más vida comunitaria, oraciones en común, recreos y se permite tener equipos electrónicos como computadores para los trabajos y material de formación de nuestros religiosos; el número de miembros es hasta 13.



Santos Desiertos: Realizan su misión en unión con el Monasterio, pero viviendo en mayor soledad y apartados del mundo; no tiene definido el número de Monjas desde que sean más de 2 para tener algún acto comunitario.



Eremiterio:  Habitan en los Ermos, pero cerca a un Monasterio o Santo Desierto, para asistir  a la  Santa Misa y recibir los Sacramentos. En cada Eremitério. Habita solo una Monja de Votos.





DIEZ FUNDAMENTOS DE NUESTRA VIVENCIA



1.   Eremitísmo: En el deseo de encontrar la face de DIOS y de amarlo con todo nuestro corazón, buscamos el ermo; habitámos en los lugares montañosos y apartados de las ciudades, como hacía el Señor para rezar (Lc 5,16), cultivamos la intimidad divina permaneciendo en oración en la celda individual o eremita; en ella se descubre el espacio propicio para las tres etápas de la vida espiritual (purificación, iluminación y unión); en ella se aprende a orar, hacer penitencia, obedecer y vivir en la soledad, adiestrándose en el dominio de las pasiónes desordenadas y en el conocimiento de Jesucrísto, elevando el corazón en aspiraciónes de amor e induciendo a la contemplación de las divinas perfecciónes en cuya admiración ha de abrazar su alma en amor celestial; como señal de ese alejamiento del mundo nos vestimos de la Túnica Monástica.



2.   Iglesia:  Buscamos amar a nuestro prójimo viviendo en comunión fraterna. El Señor nos dice de donde dos o más se reunen en SU nombre, ÉL mismo estará en medio de ellos (Mt 18,20). Estamos en plena comunión con la Santa Iglesia y buscamos estar siempre disponibles a servirla, por medio de la oración y la consejería a los fieles; vemos en la Santa Iglesia la figúra Mística de la Esposa de Cristo; Por amor a ÈL, nos consagramos para vivir en Castidad, en beneficio de todo su cuerpo místico (Mt 19,12), como señal de esto nos ceñimos con el cinturón de cuero.



3.   Esclavitud  a Nuestra  Señora:  Como carmelitas, buscamos honrar a la Inmaculada Virgen María, a Ella pertenecemos como hijos, conforme dice el Señor: “ He aquí a tu Madre” (Jn 19,25) y como esclavos, pues Ella es Nuestra Reina y Soberana, “La Señora del Lugar”, como decían los primeros Carmelitas. Ella también es nuestra Hermana y ejemplo de vida consagrada a Dios; buscamos servirla, imitar sus virtudes y propagar su devoción. Rezamos diariamente el Santo Rosário, con una decena adicional por las almas del purgatorio. En señal de esa unión con Nuestra Señora, usamos la corona de seis decenas unida a el cinturón de cuero.



4.   Limosna: Vivimos de las limosnas y donaciónes; el trabajo que hacemos con nuestras manos lo damos sin ningun costo, como dice nuestra regla, al igual que los retiros, el hospedaje y la alimentación de nuestros visitantes y vocacionados. Todo lo que recibimos es puesto en común y distribuido con los más necesitados; evitamos acumular bienes, las comodidades y la ostentación. En señal de esto usamos sandalias, como indicó el Señor a sus discípulos que fuesen desprendidos de las cosas materiales (Mc 6,9).



5.   Expiación:  A parte del trabajo manual, ofrecemos a Dios todas las austeridades de nuestra vida, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero. Todos los dias a las 3:00 P.M., rezamos con esta intención la coronilla de la Divina Misericordia, hacemos ayuno en tiempo de penitencia y cuando no hacemos ayuno, consumimos dos refecciónes al día. Así buscamos obedecer al apelo del Señor que dice: “ Haced penitencia” (Mt 4,17). En señal de eso, usamos la Santa Cruz en el pecho después de la profesión de votos.



6.   Exorcismo: El Señor fue conducido por el Santo Espírirtu a el desierto, a fin de luchar con el demónio (Lc 4,1) de la misma forma, através de la ascesis, de la oración y de la Palabra de Dios, buscamos emprender como determinó Jesús (Mc 16,17) este combate espiritual (Ap 12,16), como nos exorta la regla; nos revestimos de la armadura de Dios, para resistir los atáques del enemigo. Como señal de esto, usamos la toca y el velo.



7.   Escatología: La finalidad principal de nuestra vida es alcanzar el cielo; vivimos con la espectativa  de la venida del Señor, conforme ÈL  dice: “Estad vosotros también preparados” (Mt 24,44). La litúrgia del Domingo, sea por la vigília nocturna o por la Santa Misa Solemne, indíca que la Resurección es el centro de nuestra espiritualidad y manteniendo presente nuestro compromiso con las almas que se encuentran en el purgatorio, oramos para sean prontamente liberadas. Como señal de esta dimensión escatológica, usamos el Santo Escapulário.



8.   Elias y Eliseo:  En ésta escuela de profetas, a la cual también perteneció San Juan Bautísta, aprendemos ha ser al mismo tiempo monjas y profetas (Mc 11,32), viviendo en la contemplación y el anúncio, con la palabra y principalmente con la vida; deseamos como ellos, y también como la Santa Madre Teresa de Jesús, arder en celo por la Gloria de Dios, de su Santa Iglesia y por la salvación de las almas. Como señal de eso, usamos la capa blanca, herencia de Elias a su discípulo.



9.   Naturaleza: “ y vio Dios todas las cosas que había hecho, y eran de gran manera buenas” (Gen 1,31), viviendo junto a la fuente como los antiguos habitántes del Carmelo, valorizámos el agua como elemento esencial para la vida, la considerámos como valor fundamental de éste carisma, que el Dios Vivo suscitó en los profetas. Nuestro Senhor vino para que todos tuviéramos vida en abundancia (Jn 10,10), por eso buscamos vivir en armonía con la naturaleza, defendiendo cualquier forma de vida; por ésta razón y siguiendo estrictamente nuestra Regla, nos abstenémos de comer carne, según el proyecto inicial de Dios     (Gen 1,29), con excepción la carne de pez, cuando nos es dada. En este sentido evitamos todo lo que perjudica la salud como el azúcar y la cafeina. En sañal de esta paz que indíca proféticamente  el Reino Mesiánico, usamos el velo blanco también en la recepción del velo negro de las Profesas.


Litúrgia Tradicional Carmelitana (Santa Misa, Oficio Divino y Ritual).